En este momento podrías estar donde sea,
haciendo lo que se te ocurra, sin embargo estas sentado solo y frente a una
pantalla, ¿Qué es lo que te impide hacer lo que quieres o estar donde quieres?
Todos los días te despiertas en la misma habitación y sigues la misma rutina
(repetir lo que hiciste ayer). Sin
embargo hubo un tiempo en el que cada día era una nueva aventura, los días
perecían eternos, pero en algún momento algo cambio, ahora todo es rutinario.
¿Se supone que esto es crecer? ¿Ser libre? ,
realmente……..¿somos libres? Los alimentos, al agua, la tierra, todo aquello que
necesitamos para vivir es propiedad de las corporaciones. Ya no hay frutas en
los arboles, ni agua limpia en los arroyos, ni terrenos donde construir una
casa. Intenta tomar lo que provee el planeta e iras preso, entonces obedecemos
sus reglas.
Descubrimos al mundo a través de un libro de
texto, pasamos años sentados repitiendo lo que nos dicen, nos ponen a prueba y
nos clasifican como sujetos de laboratorio educados para no marcar la
diferencia en este mundo, sino para ser igual que el resto, lo suficientemente
inteligentes como para hacer nuestro trabajo pero no para cuestionar lo que
hacemos. Y así trabajamos tanto que no
nos queda tiempo para disfrutar la vida para la que trabajamos, hasta que llega
el día en que ya estamos demasiados viejos para seguir trabajando y entonces
nos empiezan a dejar morir, nuestros hijos pasan a ocupar el tablero de juego y
para nosotros la vida es única pero no
somos más que combustible: el combustible que alimenta a la elite. La elite que
se esconde detrás de los logotipos de una empresa, el mundo es de ellos y su
recurso más valioso no es el suelo, somos nosotros. Construimos sus ciudades,
operamos sus maquinas, peleamos sus guerras, después de todo no es el dinero lo
que nos mueve: es el poder. El dinero es simplemente una herramienta que
utilizan para controlarnos, pedazos de papel sin valor de los que dependemos
para: alimentarnos, movernos y distraernos. Ellos nos dan el dinero y nosotros
les dimos el mundo, donde solía haber arboles limpiando el aire ahora están las
fabricas que lo contaminan, donde había agua de la que se podía beber ahora hay
residuos tóxicos que apestan, donde los
animales que alguna vez corrieron libres ahora están las granjas industriales
donde nacen y son sacrificados
constantemente para nuestra satisfacción.
Más de mil millones mueren de hambre aun
cuando hay suficiente comida para todo el mundo ¿A dónde va esa comida? 70% del
grano producido se usa para alimentar a los animales que comes ¿Para qué ayudar
a los hambrientos? No sirven para generar ganancias, somos una plaga
propagándose por toda la superficie destruyendo el medio ambiente que nos
permite vivir. Vemos todo como algo que se puede vender, como objetos de los
que podemos apropiarnos, pero ¿Qué sucederá cuando hayamos envenenado el último
soplo de aire o contaminado el último rio? ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que el dinero no se puede comer
y que no tiene ningún valor? Estamos destruyendo el planeta estamos destruyendo
toda la vida que hay en él. Todos los años miles de especies se extinguen para
siempre y no falta mucho para que seamos los próximos.
Tomamos medicamentos recetados para tratar las
enfermedades porque no nos damos cuenta de que solo empeoran las cosas y que
nos provoca la muerte, se nos dice que todo se puede solucionar dándole dinero a un científico para que pueda
descubrir una píldora que haga desaparecer el problema, pero la industria
farmacéutica y las sociedades
oncológicas dependen de nuestro sufrimiento para obtener un beneficio, cuando
creemos que estamos descubriendo la cura en realidad estamos huyendo de la
causa. Somos lo que comemos y los alimentos están diseñados solo pare
enriquecer a la industria, nos llenamos de químicos tóxicos y la carne que
comes viene de animales llenos de drogas y enfermedades. Pero no vemos, las
pequeñas corporaciones que controlan los medios de comunicación no quieren que
lo sepamos y nos muestran un mundo de fantasía y nos hacen creer que es la
realidad.
Ahora parece gracioso pensar que los humanos
alguna vez creyeron que la tierra era el centro del universo pero seguimos
creyendo que somos el centro del planeta. Hablamos de nuestra tecnología y
decimos que somos los más inteligentes
pero ¿son las computadoras, los automóviles y las industrias evidencia
de lo inteligentes que somos? ¿O más bien la evidencia de lo perezosos que
somos? Y nos ponemos la máscara de “civilización”, pero detrás de esta mascara
¿Quiénes somos?
Nos comportamos como si lo supiéramos todo y
hay tantas cosas que no vemos! , caminamos por la calle ignorando las cosas más
simples las miradas en los ojos y las historias que nos cuentas,
creemos que estamos antes que todo lo demás, tal vez nos da miedo pensar que no
estamos solos y que somos parte de algo más grande y por eso nos somos capaces de conectar, nos
da igual matar animales y personas de otro país pero no matamos a nuestros
vecinos o a nuestras perros o gatos o a aquellos que llegamos a amar y
comprender. Creemos que las demás especies son estúpidas sin embargo les disparamos para justificar nuestras
acciones ¿Matamos simplemente porque podemos, porque siempre lo hicimos? Tan
solo demuestra lo poco que aprendemos, que seguimos actuando primitivamente con
agresión, en lugar de desarrollar el pensamiento y la compasión. Llegara el día
en que esta sensación que llamamos vida nos abandonara, nuestros cuerpos se
pudrirán y nuestros objetos de valor serán redistribuidos, solo nuestras acciones
van a perdurar.
La muerte nos rodea constantemente y aun así
la vemos tan lejos de nuestra realidad cotidiana, vivimos en un mundo que está
a punto de colapsar, las guerras del futuro no tendrán vencedores porque la violencia no es la respuesta, destruye
todas las soluciones posibles. Si todos examinamos nuestro deseo más profundo
veremos que nuestros sueños no son tan diferentes, compartimos un objetivo: la
felicidad. Destrozamos el mundo en busca de placer y felicidad sin ni siquiera mirar dentro de nosotros
mismos. Las personas más felices suelen ser aquellas que menos tienen, pero
¿somos realmente tan felices con cosas lujosas?
Nos hemos desconectado, adoramos a personas
que nunca conoceremos realmente, vivimos lo extraordinario a través de una pantalla
pero vemos lo ordinario en todo lo demás, esperamos que alguien traiga un cambio sin pensar en
cambiarnos a nosotros mismos. Escogemos el lado que queremos y con eso se crea
la ilusión de cambio, pero el mundo sigue igual. No nos damos cuenta de que los
políticos no trabajan para nosotros,
trabajan para aquellos que llevan el poder. En este mundo de seguidores
nos hemos olvidado de guiarnos a nosotros mismos, no esperes mas el cambio y se
el cambio que quieres ver en el mundo. La raza humana no sobrevivió por haber
sido la más rápida o la más fuerte sino por haber trabajado en equipo. Ya dominamos el arte de matar ahora
conquistemos la alegría de vivir.